Se establece la existencia de la arquitectura mudéjar entre el siglo XII y el XVII. Un arte que nace de la mezcla de varias corrientes artísticas cristianas; tanto góticas, como renacentistas y románicas.
La arquitectura mudéjar tuvo varios focos en la península, Castilla y León, Toledo, Andalucía y, por supuesto, Aragón, mantienen en sus pueblos y ciudades grandes representaciones de este arte. El mudéjar aragonés es, posiblemente, el que más se diferencia del resto debido, en gran medida, a que la falta de piedra en todo el Valle del Ebro hizo que ésta se sustituyera por el ladrillo. Un elemento típico y que todos podemos identificar con el mudéjar aragonés.
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Características generales de la arquitectura mudéjar
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Un elemento común al arte mudéjar, sea cuál sea su origen, fue la utilización de la madera. Los carpinteros mudéjares fueron grandes profesionales. Puertas decoradas, lacerías y, sobre todo, espectaculares techos de colores son buena muestra.
El yeso también fue muy utilizado, principalmente, en celosías y estucos. La, relativa, facilidad para adquirirlo hizo de él un elemento usado habitualmente por los artistas mudéjares.
Arquitectura mudéjar de Aragón
Algunas de las principales características del arte mudéjar aragonés es que las paredes interiores de las construcciones no suelen tener adornos de yeso, sino que éstas, habitualmente, están pintadas. Además, la decoración exterior es de ladrillo y mucho más compleja.
En Aragón la arquitectura mudéjar también destaca por la cerámica vidriada que se muestra en platos circulares y en otro tipo de exposiciones.
Representaciones del arte mudéjar en Aragón
El arte mudéjar aragonés forma parte de la lista de elementos Patrimonio de la Humanidad desde 1986. Algunos magníficos ejemplos son la Catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel, la Colegiata de Santa María de Calatayud y el Palacio de la Aljafería o la SEO en Zaragoza.
Son muchas las representaciones mudéjares en la comunidad aragonesa. Un arte mezcla de otros con unas característica especiales que le hacen ser absolutamente único. Tanto en esta región como en el resto en las que aparece, fue el fruto de la paz. De la convivencia tranquila de cristianos, judíos y musulmanes. Podemos disfrutar de este maravilloso arte en muchos rincones de la geografía española.
Fotos: Juanedc, Rafael Jiménez
