El Monasterio de Piedra, un paseo en la naturaleza

el monasterio de piedra

Que no os siente mal, de verdad, no quiero parecer mal educado, pero si todavía no habéis visitado el Monasterio de Piedra, no sé a qué esperáis. Yo lo he recorrido en tres ocasiones, y cada vez que lo hago descubro un lugar nuevo, un recoveco escondido, una cascada esquinada, un olor absorbente.

En el Monasterio de Piedra se respira paz, naturaleza, salud. Se ve en verde, azul, transparente. Se toca vida, brisa, bruma. Sabe a medioambiente, a agua, a historia. Se escucha el mundo animal, se oye el líquido elemento chocando gota a gota contra su destino, se perciben las hojas que anuncian la llegada del viento.

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Es un lugar mágico, hechizado y hechicero. Un enclave tan atractivo por lo natural como por la historia que rezuma en cada una de sus esquinas, en los caminos que como arterias lo cruzan de norte a sur y de este a oeste, en las cascadas que jalonan todo el paseo al paso de los turistas ojipláticos. No puedo negar que amo el Monasterio de Piedra. Es un lugar que recomiendo fervientemente.

Pero basta ya de poesía barata. Eso se lo dejo a otros. Como estoy seguro de que vais a ir, os explico cómo llegar. Qué es.

Visitando el Monasterio de Piedra

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El Monasterio de Piedra se encuentra a 105 kilómetros de Zaragoza, 229 de Madrid y 417 de Barcelona. Yendo por la A2 en dirección Madrid han de coger la salida Nuévalos – Monasterio de Piedra. Hacia Barcelona tomarán la salida Alhama de Aragón – Monasterio de Piedra.

En el siglo XIX Juan Federico Muntadas descubrió el parque y, desde ese momento, se convirtió en uno de los lugares más visitados de todo Aragón. Forma parte, por supuesto, de la red de espacios protegidos de Aragón y, en 1945, fue declarado paraje pintoresco nacional. Hace cuatro años, en 2010, se declaró al parque conjunto de interés cultural en la categoría de jardín histórico.

Calificado como la “fantasía del agua” por algunos, en el Monasterio de Piedra es difícil quedarse con algo en particular. Lagos, bosques, grutas, cascadas se multiplican en un ecosistema de una riqueza biológica insondable. El lago del Espejo, la peña del Diablo, la gruta Iris o la cascada Cola de Caballo (no confundir con la del Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido), son algunos de los mágicos lugares que encontraréis por el camino.

Pero alguno pensará, ¿y el monasterio? El Monasterio después. Es una fortaleza de defensa musulmana que estuvo completamente construida en 1218, después de 23 años. En él vivieron los monjes durante 700 años y la arquitectura es de estilo gótico cisterciense. Actualmente es de propiedad privada.

monasterio de piedra

El Monasterio de Piedra es un lugar que hay que visitar. Pasear en plena naturaleza, embeberse con ella, disfrutar de los olores y los sonidos para, después, atravesar los estrechos pasillos del monasterio propiamente dicho.

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