El yeso fue introducido por los musulmanes desde Irán y se usó mucho durante el dominio islámico en la Península Ibérica. Por eso su utilización es una de las características del arte mudéjar. Se trata de un producto abundante y económico, es fácil de manejar y servía para colocarlo en suelos o en muros, los musulmanes lo utilizaban mucho para decorar.
De hecho, los maestros artesanos dieron buena cuenta del uso del yeso en las celosías, creando motivos como lazos o estrellas en frisos, por ejemplo. Las yeserías mudéjares aragonesas son prueba de este trabajo, y en su provienen de las que decoraban La Aljafería y de los púlpitos y sepulcros de Castilla y León.
[!adsenseamp!]
Las yeserías mudéjares siguieron haciéndose aun cuando los moriscos fueron expulsados, sobre todo en bóvedas de iglesias y palacios. Podemos encontrar ejemplos de estas yeserías mudéjares en la Iglesia de San Miguel de los Navarros (Zaragoza) o en la catedral de Tarazona, entre otros.
En el caso de la Iglesia de San Miguel podremos ver yeserías caladas en los siete vanos del ábside y en los muros del primer tramo de la nave. En la catedral de Tarazona la yesería calada la disfrutamos en los ventanales con dibujos geométricos, también tiene celosías de yeso en el interior.
[!adsense!]
Las yeserías mudéjares más antiguas se encuentran en Castilla y León, con motivos vegetales, geométricos y con epigrafía árabe.
Imagen de la yesería de la catedral de Tarazana de www.catedraldetarazona.es.
